





Cando se hace una dieta alcalina muchas personas tienen el conocimiento que alimentarse con alimentos alcalinos puede mejorar tu salud grandemente al balancear los niveles de pH del cuerpo. Y aunque esto es cierto, la realidad es que muchas veces no es suficiente. Lo que sucede es que hay enfermedades y condiciones como la obesidad o problemas del corazón en donde alimentarse con una dieta alcalina no es suficiente para mejorar tu salud. Por ejemplo, para combatir la obesidad es importante mantenerse activo, y es altamente recomendado ejercitarse con frecuencia.
Lo interesante de este artículo y la razón por la cual lo comparto es que establece, que hay ejercicios que ayudan a la dieta alcalina a funcionar mejor. La manera que el ejercicio funciona es a través de la respiración y el sudor. El artículo explica más a fondo como funciona el ejercicio y como ayuda a alcalinizar el cuerpo y se enfoca principalmente en el sistema linfático.
Puedes quemar calorías con prácticamente cualquier tipo de ejercicio, pero quemar calorías no es lo más importante del ejercicio, sino sudar. La transpiración elimina ácidos de tu organismo a través de los poros de la piel (¡tenemos unos quinientos por centímetro cuadrado!). De hecho, el sudor es una de las principales maneras que tiene tu cuerpo de eliminar ácidos.
Mover tu cuerpo lo suficiente como para hacerlo sudar hace que el sistema linfático bombee, cosa que sirve para eliminar toxinas y productos de desecho ácidos de los tejidos corporales y hacerlos salir a través de la piel. El sudor hace que tus poros se abran, lo que permite que los ácidos líquidos y gaseosos puedan pasar a través de ellos. Si estás haciendo ejercicio suficiente como para sudar, también estarás haciendo ejercicio para incrementar tu respiración, que es otra forma clave mediante la cual se expulsan los ácidos y las toxinas (en forma gaseosa).
El sistema linfático es un sistema circulatorio secundario que discurre paralelo al sistema cardiovascular, y que está compuesto por una red de ganglios linfáticos, capilares y vasos que transportan un líquido claro y alcalino llamado linfa. (El bazo, el timo, el apéndice, las amígdalas y la médula ósea también contienen tejido linfático).
Tu objetivo consiste en retirar los fluidos de los tejidos para devolverlos a la sangre, y eliminar los ácidos, los desechos, las bacterias y otras toxinas expulsándolos del organismo. La linfa también suministra nutrientes a las células y ayuda al intercambio de oxígeno y de dióxido de carbono. El sistema linfático respalda al sistema inmunitario, desplazando a los glóbulos blancos por todo el organismo.
Tenemos vasos linfáticos prácticamente en cualquier lugar en el que disponemos de vasos sanguíneos. Están recubiertos por una pared fina y lisa de músculo. Hay cientos de ganglios linfáticos diseminados a lo largo de estos vasos, con una especial densidad en el cuello, las axilas y las ingles. La linfa se desplaza a lo largo de los vasos linfáticos hacia los ganglios linfáticos para ser filtrada, pero no dispone de una bomba incorporada del mismo modo que sucede en el sistema circulatorio (tu corazón), por lo que necesita cambios de presión para estimular el flujo de la linfa.
Esos cambios de presión se dan gracias a la respiración profunda y a la actividad muscular. En otras palabras: el ejercicio es esencial para activar el sistema linfático, y debes bombearlo para conseguir que tu cuerpo sea alcalino (y para mantenerlo así). Si el flujo de la linfa se ralentiza o se estanca, tendrás una mala circulación, y el oxígeno fresco y el combustible no podrán llegar a las células.
Las propias células se bañarán en unos fluidos ácidos (y no alcalinos): fluidos que puede que contengan toxinas y sustancias de desecho, ya que el sistema linfático no funciona bien para eliminarlos. Tu organismo no trabajará de forma tan eficaz y advertirás que no dispones de energía. Padecerás dolor sistémico y/o localizado debido a la acumulación de ácido. Retendrás líquidos: una de las estrategias de tu cuerpo para neutralizar el ácido, y estarás completamente expuesto a las enfermedades degenerativas. [ enlace: http://blog.alkalinecare.com/2013/12/18/ejercicio-fisico-acidificante-y-alcalinizante/]
Quería compartir este artículo ya que hay dos tipos de personas que piensan diferente. Están las personas que se ejercitan a la perfección, pero luego salen del gimnasio para comer en un restaurante de comida rápida. Las otras personas son las que se alimentan saludable pero no se ejercitan como debería ser. Lo triste es que estas personas no están viendo resultados completos, porque no están haciendo el ciclo completo. Una alimentación saludable va de la mano con una rutina de ejercicio que te ayuda a sacar las toxinas del cuerpo a través del sudor.
El ejercicio no es solo para las personas que quieran rebajar o estar en forma, pues todos deben hacer ejercicio y dar lo mejor que tengan sin importar a pesar de estar realizando una dieta alcalina. De esta manera sudarás las toxinas fueras del cuerpo, permitiéndote balancear los niveles de pH en tu cuerpo y mejorar tu salud más rápido de lo que pensabas. Por esto comparto esta rutina que te hará sudar mucho.






Sol says
Me encanto esta dieta alkalina es maravillosa.